Los tres órdenes clásicos

25.12.2020

Los griegos fueron quienes desarrollaron la función ornamental de la columna, elemento arquitectónico ya existente con anterioridad. Fijaron unas normas o cánones de composición arquitectónica en tres estilos (u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio. Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas variantes.

La columna consta de basa, fuste y capitel. Sobre las columnas se asienta el entablamento, que consta de arquitrabe, friso y cornisa. Sobre las fachadas principales, formados por el tejado a dos aguas, están los frontones. Estos estilos se conocen sobre todo por los diferentes capiteles de las columnas, pero hay diferencias en la mayor parte de los elementos de diseño y decoración entre los órdenes, como la proporción alto/diámetro de la columna y las formas del entablamento.

Es el más antiguo y sencillo. La columna no tiene basa. Tiene de 16 a 20 estrías longitudinales con aristas vivas. Desde el suelo la columna va reduciendo su diámetro hasta el capitel, formando un perfil conocido como éntasis. El pedestal está formado por una grada de tres escalones, los dos inferiores se denominan estereóbatos y el superior estilóbato. Entre otros rasgos estilísticos, se caracteriza por un capitel de gran sencillez; el collarino es una hendidura en el fuste y después tiene el equino y un ábaco cuadrado. Sobre las columnas se apoya el entablamento formado por el arquitrabe, el friso y la cornisa. El arquitrabe dórico es como una gran viga apoyada sobre las columnas, carece de decoración. En el friso se alternan los triglifos y las metopas. 

Se cree que tuvo su origen en las construcciones en madera, cuyas formas pasan a la piedra. El estilo dórico era formal y austero, se usaba normalmente en los templos de dioses masculinos.

El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales encuadrando el equino. Del entablamento destaca el hecho de que el arquitrabe, que se muestra usualmente descompuesto en tres fajas horizontales, llamadas platabandas y que el friso sea una banda continua sin metopas ni triglifos. Las columnas son más esbeltas y ocasionalmente son sustituidas por estatuas de mujeres 

Al igual que el estilo jónico, el corintio se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a divinidades femeninas; el capitel está decorado con hojas de acanto, y el friso puede estar decorado o no. Es el más ornamentado o recargado. Destaca como rasgo estilístico el capitel en forma de campana invertida o cesta, en cuya parte inferior hay una doble fila de hojas de acanto, de las cuales surgen unos calículos o tallitos que se enroscan en las cuatro esquinas

La arquitectura en la historia
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